domingo, 13 de noviembre de 2011

Un planeta gigante expulsado del primitivo Sistema Solar

Un equipo de astrónomos acaba de publicar un trabajo que añade la existencia de un quinto planeta gigante al primitivo Sistema Solar. Este astro axplicaría uno de los misterios de nuestro sistema, que se refiere a la formación de las órbitas de los planetas.
Por lo que se conoce, cuando se formó el Sistema Solar, hace unos 4.500 millones de años, hubo un gran inestabilidad en las órbitas de los grandes planetas, hasta el punto que tendrían que haber acabado colisionando con la Tierra primigenia. Su conclusión es que si no ocurrió, se debe a que existía este misterioso cuerpo celeste.
La investigación, publicada en la revista 'Astrophysical Journal', se basa en simulaciones informáticas. Según David Nesvorny, del Southwest Research Institute, sus datos proceden del estudio de los muchos objetos pequeños que hay más allá de Neptuno, en el llamado 'Cinturón de Kuiper', y también del registro de cráteres que hay en la Luna.
De su ánalisis ya se había concluido que cuando el Sistema Solar tenía sólo unos 600 millones de años, había una gran inestabilidad en las órbitas de los planetas gigantes, de los que ahora hay cuatro: Júpiter, Saturno, Neptuno y Urano. Debido a ello, infinidad de cuerpos pequeños se dispersaron (algunos de conforman el Cinturón de Kuiper), pero otros se acercaron hacia el Sol, afectando a la Tierra y la Luna.
Y lo mismo pasó con los grandes. Júpiter, por ejemplo, se habría movido hacia dentro del Sistema lentamente. El problema es que ese movimiento habría afectado a las órbitas de los planetas rocosos como la Tierra, que habría colisionado con sus vecinos, Marte o Venus.

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