La superficie del asteroide Lutetia está plagada de cráteres, que atestiguan las múltiples colisiones con otros objetos que ha sufrido durante sus aproximadamente 3.600 millones de años de vida. Hasta 350 cráteres han contado los astrónomos gracias a las imágenes de alta resolución captadas por la sonda 'Rosetta'.
La nave de la Agencia Espacial Europea (ESA) visitó el asteroide Lutetia el pasado año: el 10 de julio de 2010 se situó a una distancia de 3.170 kilómetros. Mientras volaba a una velocidad de 54.000 kilómetros por hora tomó 462 imágenes del asteroide.
Los primeros resultados de su análisis, publicados esta semana en la revista 'Science', sugieren que este cuerpo ofrecerá a los astrónomos importantes pistas para entender el origen de nuestro Sistema Solar.
Uno de los tres estudios sobre el asteroide publicados en 'Science' cuenta con una importante participación española. Los científicos del Instituto de Astrofísica de Andalucía (IAA-CSIC) Pedro J. Gutiérrez, Luisa M. Lara, Julia de León, José-Juan López-Moreno, R. Rodrigo y Walter Sabolo son coautores de uno de los 'papers' que analizan la estructura y la composición de Lutetia.
Recreación artística de Eris y su pequeño satélite Disnomia. | A.Schall
Hace ya cinco años que Plutón fue desbancado de la 'primera división' de planetas del Sistema Solar. El hallazgo, en 2005, de Eris, un nuevo objeto celeste que supuestamente era más grande que Plutón, fue una de las razones que llevaron a la Unión Astronómica Internacional (IAU, en sus siglas en inglés) a crear en agosto de 2006 una nueva categoría denominada 'planetas enanos', a la que pasaron a pertenecer tanto Plutón como Eris. Con la exclusión de Plutón, el Sistema Solar pasó a tener ocho planetas en lugar de nueve.
Sin embargo, un equipo internacional de astrónomos ha demostrado que los primeros cálculos sobre el tamaño de Eris (que estimaban que tenía entre 1.200 y 1.400 kilómetros de diámetro) eran incorrectos. Según aseguran en un nuevo estudio publicado en la revista 'Nature', Eris tiene un radio de 1.163 kilómetros, una cifra significativamente inferior a la apuntada inicialmente.
Desde 2006 Eris era considerado el mayor objeto del Cinturón de Objetos Transneptunianos, una región más allá de Neptuno poblada por cuerpos rocosos y helados. Tras la publicación de este estudio, que reduce su tamaño, Plutón podría volver a convertirse en el mayor objeto de esta región, aunque los científicos que firman el estudio creen que su tamaño es similar al de Eris. Además, calcular el tamaño del diámetro de Plutón es una tarea particularmente compleja debido que su atmósfera interfiere en las medidas.
Para poder determinar el tamaño de Eris con exactitud, los científicos aprovecharon la ocultación de una estrella por parte de este objeto que se produjo el 6 de noviembre de 2010. Se trata de un fenómeno muy poco frecuente y difícil de estudiar.
Para verificar esta predicción de la teoría del Big Bang, los astrónomos Matt Walker (Universidd de Harvard) y el español Jorge Peñarrubia (antes en la Universidad de Cambridge y ahora en el Instituto de Astrofísica de Andalucía) han analizado la distribución de materia oscura en dos de las galaxias esferoidales enanas más próximas de la Vía Láctea: las situadas en las constelaciones australes de Fornax (el Horno) y de Sculptor (el Escultor). Cada una de estas galaxias contiene entre uno y diez millones de estrellas, un número muy modesto cuando se compara con los 400.000 millones que contiene la Vía Láctea.
Su proximidad, que permite alcanzar un mayor detalle en las observaciones, y su alto contenido en materia oscura, que acentúa sus efectos gravitatorios, hace de las galaxias de Fornax y Sculptor unos candidatos ideales para llevar a cabo un estudio de este tipo. Sin embargo, según reconoce el propio Peñarrubia, las estrellas se mueven en el seno de estas galaxias como “abejas en un panal” y no siguen las órbitas mucho más ordenadas que llevan en las galaxias espirales. Ello complica enormemente las medidas de la masa en diferentes regiones de las galaxias enanas.
Ayer lanzaron dos nuevos satelites al espacio esta noticia parece muy interesante porque se han lanzado con el objetivo de determinar la posición de todas las personas y cosas que se mueven
La primera pareja de satélites del sistema de navegación europeo Galileo ha sido puesta en órbita ayer por el primer lanzador ruso Soyuz en despegar desde el Puerto Espacial Europeo en la Guayana Francesa, en una misión histórica.
El vuelo VS01 de Soyuz, operado por Arianespace, comenzó con el despegue desde el nuevo complejo de lanzamiento en la Guayana Francesa a las 10:30 GMT (12:30 hora española). Todas las etapas del lanzador funcionaron a la perfección y la etapa superior Fregat-MT liberó a los satélites en su órbita objetivo, a 23 222 km de altitud, 3 horas y 49 minutos después del despegue.
El lanzamiento de los satélites estaba previsto para anteayer, 20 de octubre, pero un fallo en el sistema de llenado de fuel del Soyuz obligó a posponer la operación.
“Este lanzamiento representa mucho para Europa: hemos puesto en órbita los primeros dos satélites de Galileo, un sistema que posicionará a nuestro continente en primera división en el campo estratégico de la navegación por satélite, un campo con grandes perspectivas económicas”, declaró Jean-Jacques Dordain, director general de la ESA (Agencia Espacial Europea).
Este primer lanzamiento de un sistema completamente europeo fue realizado por el legendario lanzador ruso que se utilizó en su día para poner en órbita al Sputnik o para llevar a Yuri Gagarin al espacio, un lanzador que, a partir de ahora, también operará desde el Puerto Espacial Europeo.“Este lanzamiento consolida el papel crucial de Europa en la cooperación espacial a nivel global”, añadió Dordain.
Este ha sido el primer Soyuz en despegar desde un cosmódromo que no sea Baikonur en Kazajstán o Plesetsk en Rusia. El complejo de lanzamiento de Soyuz en la Guayana Francesa, operado por Arianespace, añade flexibilidad y competitividad a la flota de lanzadores europeos.
Los dos satélites Galileo a bordo del Soyuz forman parte de la fase de Validación en Órbita (IOV), que permitirá poner a prueba los segmentos espacial, terreno y de usuario del sistema Galileo antes del lanzamiento de los 26 satélites restantes que completarán la constelación. Los satélites ya están siendo controlados por un equipo conjunto de la ESA y de la agencia espacial francesa CNES desde Toulouse, Francia. Serán sometidos a 90 días de pruebas antes de entrar oficialmente en servicio en la fase IOV.
Los próximos dos satélites de la constelación Galileo, con los que se completará el cuarteto IOV, serán lanzados a mediados de 2012.
Expectativas
A partir de 2014, y si los dispositivos (móviles, navegadores de coches o relojes) lo permiten, Galileoy GPS operarán conjuntamente con el consiguiente beneficio para los usuarios (el margen de error de las posiciones en todo el planeta será de unos 40 centímetros), aunque el verdadero interés está en las nuevas oportunidades de negocio. Según Javier Ventura-Traveset, de la Agencia Espacial Europea, "Galileo abre la puerta al desarrollo de una nueva generación de servicios universales en sectores como el transporte, las telecomunicaciones, la agricultura, pesca y energía, entre otros".
Sin embargo, las capacidades verdaderas de este sistema no se conocerán hasta 2020, cuando se haya completado la puesta en órbita de los 30 satelites que integran Galileo.
El proyecto surgió a finales de los años 90, cuando la Unión Europea detectó la necesidad de disponer de un sistema de navegación por satélite puramente europeo y de carácter civil. La Comisión Europea y la Agencia Espacial Europea (ESA) se unieron en una aventura que, según los cálculos iniciales, debería haber concluido en 2008.
Hasta ahora, la Comisión ha invertido en Galileo 5.000 millones de euros, y entre 2014 y 2020 necesitará otros 1.900 millones para completar todo el proyecto. La inversión, que algunos consideran demasiado elevada, está más que justificada para sus responsables, que estiman un retorno económico de 90.000 millones de euros.
España es el quinto país con mayor contribución a Galileo y las empresas del sector han logrado contratos por 113 millones de euros, pero espera un beneficio aún mayor después de haber sido designada el pasado mes de marzo para albergar el Centro de Servicios GNSS, que se ubicará en Torrejón de Ardoz (Madrid).Para Álvaro Herrero, director técnico del Ministerio de Fomento, "con este centro, España busca un mayor posicionamientode cara a la explotación privada de la señal comercial".
Según Jorge Lomba, del Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial (CDTI), desde 2001 y 2011 la facturación en el sector de la industria espacial ha pasado de 300 millones de euros a 700 millones. Esto demuestra que "la inversión en espacio tiene un efecto multiplicador". Además del estímulo para la innovación tecnológica que supone Galileo, también fomenta el empleo de alta cualificación. El vicepresidente de ProEspacio (la Asociación Española de Empresas del Sector Espacial), José María Martí Fluxá,añade que "en los últimos 5 años hemos pasado de 1.200 empleados a superar los 3.000", la mayoría ingenieros".